domingo, 4 de noviembre de 2007

EL VUELO DE NUESTRAS VOCES

Hoy 4 de noviembre, se cumplen dos meses exactos de mi entrada oficial a ese proyecto de radio tan sincero, con tanto espíritu y sí, también ambicioso que es TroVAlada. El martes 4 de septiembre de 2007, a eso de las tres de la tarde llegué al Aula Multimedia para ver como Aline y Dalia daban los últimos retoques a la cápsula del día, checaban la escaleta y demás preparación.

Yo recuerdo haberme sentido nerviosa, no sé porqué, supongo como respuesta natural del ser humano cuando se enfrenta a algo nuevo, a un reto venidero. Mmm…corrección, sí sé porqué: resulta que la que aquí firma no sabía nada de trova, y cuando digo nada es de verdad NADA, si acaso uno que otro nombre me sonaba familiar o recordaba algunos datos que Aline había llegado a contarme… y ya. No concebía incorporarme a algo que me resultaba tan ajeno (“ayyy…es que yo sé de rock”, pensaba), y me preocupaba bastante.

Todo estaba listo. Llegó la hora de partir con rumbo a la Cineteca Nacional, donde nos encontraríamos con el invitado de esa tarde. Íbamos todos caminando hacia el metro CU, cuando Rodrigo me miró fríamente y con una voz bastante seca, me preguntó: “¿Cómo me dijiste que te llamabas?”. “Ah...Patricia”, le contesté. “Ahh sí…Paty” respondió en el mismo tono glacial. Dirigí mi mirada de susto hacia Claudia o Aline, pero ambas parecían muy tranquilas así que traté de no darle importancia alguna al asunto del productor gruñón…

La plática en el trayecto me hizo entrar un poco más en confianza con Dalia, pues aunque llegamos a coincidir en alguna materia en semestres anteriores, nunca había sido cercano nuestro trato. Con Rodrigo aún guardaba mi distancia (jaja).

En la Cineteca, conocí -por fin- al tan mencionado por mis nuevos compañeros David Aguilar, nuestro invitado. Gracias a él, descubrí dos cosas o más bien las confirmé: 1. que había todo un movimiento de gente joven y propositiva trabajando en el género (que yo siempre había relacionado con gente de la edad de mi papá), y 2. que la música era toda una delicia novedosa en mis oídos. Ya en el IMER, yo estaba fascinada con este nuevo mundo que comenzaba a abrirse ante mis ojos: las cabinas, los controles, los micrófonos, la salita de espera, el operador, las prisas… y los teléfonos, que hasta ahora Clau y yo seguimos contestando (¡Llamen!).


El equipo de TroVAlada en el cierre del 1er concierto en Las Islas

Aquí, sesenta días después, muchas cosas han pasado; ni parece que sea tan poco tiempo: he grabado algunas de las cápsulas del programa con todo y mi espantosa voz; edité la de Leonel Soto (bueno, Aline la corrigió); soy fan declarada de Juan Pablo Villa y Juan José Lavaniegos, mmm y también del Cuarteto Incompleto, y he conocido una infinidad de música, personas y lugares interesantes.

Sólo me queda agradecerles a mis compañeros, quienes han hecho posible todo esto (en estricto orden alfabético):

ALINE: Muchas gracias por acercarme a tu mundo de música y poetas. Por tu visión siempre práctica de las cosas, por tu paciencia y consejos con mi horrible dicción cuando me grabas – “maestro rural” incluído-; por la magia que creas con el Cool Edit y por tratar de enseñarme a editar – oye, era mi primera cápsula!-. Y sobre todo por este semestre y medio de amistad.

CLAUDIA: Porque entramos al último (tú, dos semanas antes) en esto, y nos hemos apoyado. Por tu buen humor de siempre y la sensibilidad que te caracteriza, por compartir la mesita de los teléfonos, y embobarnos con los cantautores guapos que están tras el cristal – no diré nombres-. Ah … y por olvidarnos juntas de las constancias…(oops!).

DALIA: Gracias por ser una chica tan emprendedora, siempre llena de ideas y proyectos. Por el tiempo compartido en el cual me has permitido conocerte, y por la confianza. Por ser olvidadiza (jaja, no soy la única!), por los trayectos divertidos en el Dalia-móvil. No olvidaré la divertida tarde-noche en Milpa Alta con Picke jaja

RODRIGO: Resultó que no eres enojón. Gracias por andar siempre tras la nota y por tu amplio conocimiento musical. Por ser crítico, y un productor obsesivo que distrae a las locutoras con sus manotazos en la cabina. Por hacernos reir y por siempre querer sonsacarnos para comer tacos Chupacabras jaja

Ojalá siga trabajando con ustedes por muuuucho tiempo (o ya piensan prescindir de mis servicios?), para hacer de TroVAlada algo cada vez más grande. Por mientras, nos quedan cuatro conciertos!

2 comentarios:

Luis Frost dijo...

pos felicidades
je. estoy a punto de unirme también a un proyecto de dalia, como editor nocturno.
quisiera ser como ella.

aaah. la trova es música, ¿no?

Elizabeth García dijo...

Jaja}
Pedro tiene razón Dalia emplea a media humanidad, pero que bien. Ojalá todas las jefas fueran como ella!!! Qué buena onda es, y me cae súper bien.... también Clau y ro... saludines