jueves, 4 de septiembre de 2008

UN LARGO POST...

Cuando era pequeña y en la tele se escuchaba algo así como “estudios en el extranjero” a mi me sonaba a prestigioso internado suizo donde todos llevaban un bonito uniforme y esquiaban los fines de semana. Cuando iba en la secundaria ya no era tan buena la idea del colegio en los Alpes y entonces cuando soñaba con “estudiar en el extranjero” mi mente volaba a pasar toda mi carrera universitaria en La Sorbona, Oxford o Harvard. Llegó el momento en que yo ya había olvidado ese sueño, pero de nuevo las circunstancias de la vida (o más bien Dalia) me sorprendieron y en mis planes se metió la Universidad de California, que aunque guardando sus proporciones de tiempo y espacio, finalmente es eso que yo quise tanto un día: “estudiar en el extranjero”…

No sé qué escribir. Pero escribo porque siempre es un alivio. Nunca he tenido tanta revoltura de sentimientos, nunca algo me había quitado el sueño tantas noches seguidas. Todo el mundo me ha dicho que me va a ir bien, que esté tranquila, que me divertiré, que aprenderé mucho, y no lo dudo, gran parte de lo que hoy me domina es emoción por las cosas nuevas y buenas por venir…

Aún así, reclamo mi natural derecho por estar hecha un manojo de nervios en este momento…

Desde la semana pasada han acontecido sucesos que me hacen pensar que con todo y mis quejas, soy verdaderamente afortunada y en realidad, no puedo decir que no sea feliz con la vida, lo demás es pura pose de amargura posmoderna; me la he pasado visitando la escuela, relajada sin tareas; mis papás, hermana y perro siempre están conmigo con todo y que mi linda hermanita ha comenzado su carrera universitaria que la convertirá en odontóloga (pero hay que ver que sólo mi hermana podría escoger algo tan raro para especializarse: odontología forense).

También he visto mucho a los que más a fuerza que por voluntad nos convertimos en amigos durante la preparatoria y que ahora son como una referencia que me devuelve certezas. Hacía casi dos años que no estábamos completos pero esta vez Ricardo no puso peros, Gatto decidió salir de su burbuja sateluca para contarme lo bien que se la pasó en su intercambio en Buenos Aires, Jorge se unió de nuevo a lo que con mi snobismo injustificado rechazo como “la banda”, y Kattia y Rodrigo, y Marlén, no fallaron.

Por otro lado está la Universidad, la Facultad de Ciencias Políticas y toda la seguridad que me da estar en ese lugar. La he visto con melancolía. Regresaré a sus salones a una última clase el próximo semestre, a trabajar en mi tesis, a adjuntear Teorías del Discurso…pero lo cierto es que ya no será el estado natural de las cosas. El noveno y último semestre se acaba este diciembre, mis compañeros se habrán ido y ya no será lo mismo…

El martes cumplí un año en Trovalada y también fue mi último programa. Claudia con todo y su vida complicada hizo un espacio para que los cinco chicos trovalada estuviéramos juntos. La primera vez que fui hace un año estuvo David Aguilar; el martes Juan José Lavaniegos…nombres que antes no significaban nada y que ahora gracias a Aline, Dalia y Rodrigo se han metido en mi mundo y me han abierto una ventana más en la mente. Cuando regrese, Trovalada habrá terminado su tercer y último contrato en la Radio Ciudadana, quien sabe qué pasará con el proyecto.

Los Cinescuchas se despidieron con mucho estilo: me consiguieron un boleto para la premiere de Arráncame la vida, película que seguramente iba a perderme con todo y su impresionante diseño de producción y dirección de arte (véanla por eso, el México de los 40´s en pantallota y a color).

Ayer pasé mi último día en la facultad, abracé a muchas personas y su entusiasmo me contagiaba para tranquilizarme un poco. Pude despedirme de María Luisa, mi querida maestra que me hizo amar el cine más de lo que ya lo hacía…

La tarde la pasé en casa de mi gurú que odia que posteemos estas cosas…jaja. Entre la pizza y el vino disfruté con Diana, Ile, Lalo, el pequeño Mateo, Luis Frost y Darinte Luna de una de esa conversaciones en las que se va saltando desde los temas más serios (que si Obama, que si el secuestro, que la marcha, que si los viajes, que España…) a la más divertida de las banalidades (que si Brad Pitt y George Clooney, que si Scarlett Johanson, que qué le dijo Bill Murray en el oído en Lost in Translation).

El final del día también fue memorable. Regresamos a la facultad. Despúes de un café con alto contenido de glucosa al más puro estilo de Darinte, tomé una última clase con…Javier Corral. Y recordé porque no me importaba quedarme los miércoles hasta las 8 de la noche para escucharlo. Y, por supuesto, estuve con Eli la mitad de la clase pasándonos notas o cuchicheando nuestras impresiones, como lo hicimos durante tooooodas las clases que tomamos juntas en estos cuatro años y por lo que más de una vez estuvo algún maestro a punto de sacarnos de la clase (como la misma Diana Marenco), o nos exhibió públicamente (como la de psicología y Resillas jaja) o me puso a escribir en el pizarrón para que hiciera mejor, algo de provecho (como lo hizo Carrasco ja).

Que divago mientras escribo…que me puedo poner en plan de “ash pero son tres meses ni que fuera para tanto, ash además pues es lo mismo”, y que al mismo tiempo me entra un ataque de pánico porque odio los cambios y tengo que arrojarme con los ojos cerrados a ellos. Que a pesar de lo mucho que disfruto pasar tiempo conmigo misma, me da un miedo horrible verme de verdad sola de pronto.

Pero las oportunidades son igualmente extraordinarias. Y es que el viaje mochilero de mis sueños también ha llegado, no en Europa como siempre pensé que sucedería pero sí por la costa oeste estadounidense. Será como una roadmovie y eso ya me hace estúpidamente feliz…

Dedicaré las próximas dos semanas de mi vida a seguir los consejos de la guía Lonely Planet California. El Vampiro Tropical de Futuro tenía razón, se pueden pasar horas y horas de expectación continúa leyéndolas. La llevo como biblia y si esperemos que sea tan buena en la práctica como en la teoría.

Probablemente este blog no producirá más tragicómicas historias y otros cuentos sino hasta después del día 20 de septiembre cuando ya esté instalada with my college roomates. También puede gustarme la vida lejos de estas frías nuevas tecnologías, ya me cansé de estar detrás de esta pantalla, esto será como una especie de desintoxicación. A riesgo de lo ridículo que suena, me compré un diario de verdad, con hojas blancas, sin siquiera preocuparme por la imposición de los márgenes de una hoja rayada.

Los nervios me matan y yo sólo me pongo a pensar en cosas tontas que lejos de tranquilizarme sólo me histerizan más: “seguro algo se me olvidará… ¿me comerá la timidez antes de poder articular palabras?, ¿podré emitir discursos coherentes sin confundir tiempos verbales o decir una cosa por otra? ¿reconoceré a un alguna estrella celuloidal si la veo?...”

Hasta ahora creo que los gringos me caen bien. Estas vacaciones tuve problemas existenciales para inscribir las materias que cursaré por allá, así que molesté a toda la oficina de Educational Abroad Programm con mails, que sin embargo fueron atendidos a la brevedad. Nada que ver con nuestra hermosa administración universitaria.

Para ponerme en plan mil veces más ñoño de lo que ya ha sido todo este post, los Kinks tienen las palabras exactas en este momento:

I don’t know where I’m going, I don’t want to see
I feel the world below me, looking up at me
Leave the sun behind me, and watch the clouds as they sadly pass me by
And I’m in perpetual motion and the world below doesn’t matter much to me
This time tomorrow where will we be?
On a spaceship somewhere sailing across any empty sea
This time tomorrow, this time tomorrow

Y eso les dejo por un rato… “This time tomorrow”, adornado con las imágenes de la roadmovie de mi adorado Wes Anderson The Darjeeling Limited...porque en estas cintas los viajes de cierto y como metáfora, transforman y enriquecen…o no…total, son menos de 4 meses…