sábado, 24 de enero de 2009

Me quedé sin nada más que agregar...

La vida real -y la de facebook- le ganaron por el momento a este blog. No tengo el tiempo, no tengo las ganas suficientes. Sigo escribiendo. Mucho. Como nunca. Pero ya no aquí.
Postear siempre fue una terapia, pero alguien dijo que la terapia más cara que podría existir era hacer cine.

Al parecer mis problemas son muy grandes, porque elegí la ayuda psicológica que me dejará financieramente arruinada. Pero, en fin...a ver hasta donde llega este nuevo tipo de consulta médica, no creo terminar curada, probablemente deje botada la terapia en elgún momento. We'll see.

Por ahora me alimento de películas y de experiencias. Mi vida se llenó de festivales de cine estas semanas, y despúes de que el Santa Barbara Film Festival termine sólo tres semanas más me separan de pisar de nuevo mi anárquica Ciudad de México. (Y sólo para usar este espacio como ventana de mi vida por última vez en un buen rato, hace falta agregar que pisar Salt Lake City y Park City envueltas en el aura del Sundance Film Festival fue magia y energía puras, fue inpiración y emoción).

En fin, gracias a los que alguna vez leyeron, pero sobre todo gracias a los que siempre tenían un comentario para este blog de la superficialidad y el desencanto posmoderno, de la catársis en los problemas absurdos, y del snobismo cinéfilo, pero que en cada palabra no dejaba más que algo verdaderamente honesto de lo mucho que cruza la cabeza de quien escribe.

Los sigo leyendo...